sábado, 13 de septiembre de 2008

algo había que contar, ¿no?

Quiero aclarar que esta entrada la estoy haciendo yo, bajo mi responsabilidad, sin sentirme bajo ningún concepto coaccionada por nadie. Vamos que no tengo a ninguna loca al otro lado del msn apuntandome con una pistola... XD
Así que como no sé de que hablar (...) hoy contaré todas la mierdas que se me ocurren.
Empezaré analizando mi infancia. Cuando tenía 3 años mi padre me compró un pez de estos naranjítas que luego crecen y parecen ballenas, creo que tienen nombre pero no sé como se llaman... pues bien, le puse "Ambercoquet" (melocotón en castellano) por eso de que era naranja como los melocotones y tal. Todo iba genial y yo le adoraba, además era mi primera mascota lo que incrementaba el afecto. El caso es que una mañana me desperté y me pareció que estaba muy sucio, así que pensé que un buen baño con jabón (la toja) y mucha espuma le iría bien para quitarse toda la mierda que llevaba encima. Cinco minutos después Ambercoquet estava flotando sobre la espuma sin vida...

Años más tarde mi padre me volvió a comprar otros dos peces iguales al ya difunto Ambercoquet con el conocimiento de que no debía bañarlos con jabón ni sacarlos del agua o morirían.
Esta vez les llamé Tiburón y Barracuda. Tiburón era el más grande y le faltaba media cola de un mordisco. Barracuda por su parte era más pequeño y agil y se movía como un renacuajo.
Unos meses después mi hermana me regaló uno de estos peces negros de ojos saltones por mi cumpleaños. Se lo comieron al día siguiente. Ni siquiera llegué a ponerle nombre.
A los 6 años mi hermana me llevó al Kiki (una tienda de animales) y allí me compró a Chipi un precioso periquito azul. Esta vez no podía fallar nada. Era perfecto. Podría enseñarle a hablar, jugar con él sin que muriera de asfixia etc. Bien, el periquito estaba un poco tarao así que mi padre me compró (de la tienda de mascotas del Continente) a Ariel, una encantadora periquita blanca como la nieve, con la barriguita azul cielo. Lástima que a Chipi se la soplara la compañía... Unos meses después, Chipi abrió a cabezazos la jaula y se escapó. Arielita por su parte prefirió quedarse conmigo. Pero me producía un gran dolor verla sola, así que convencí de nuevo a mi padre para que me comprara a Chipi II, un periquito verde fosforito muy simpático. Tres años después murió.
Ariel es la única que ha sobrevivido, (tiene unos 11 años), pero hace unos meses mi madre la dejó en casa de mi abuela, según ella porque armaba mucho jaleo y a mi padre no le hacía ningún bien.
También tuve a Pepón, un loro multicolor. Era genial. Bebía coca.cola, comía patatas fritas, se revolcaba por la ensalada, se metía en la bañera, me seguía al baño, a la cocina, a la habitación... pero al parecer a los vecinos no les caía tan bien. Así que alegando que gritaba mucho, hicieron una junta de vecinos para expulsarle de la comunidad. Actualmente vive con Ariel en casa de mi abuela. Ah y creemos que es una hembra por esto de que ha puesto 3 huevos y tal... FIN.
pd: texto en memoria de mis difuntas mascotas.
pd2: vaya vida de mierda llevo...XD
pd3: he tenido más mascotas... pero de estas ya hablaré otro día...
muaaC

1 comentario:

saaraa; dijo...

mmm. Interaante! una cosa, lo d la pistola y eso del msn, va por mi no? jum! bueno a lo que iba que ya e actualizado, y que tienes que ver una cosa..

- nuestra archienemiga Lucia, en el fotolog, de la nuria con el pelo negro! MUAJAJAJAJA!


bueno paasaatee.Beesos.